27, diciembre, 7 minutos después de mi muerte.
Un día como hoy muere el papa
Benedicto XVI. Especialistas de medios que titularon a Juan Pablo II como "
el peregrino", no dudaron en nombrar a Joseph Ratzinger como "
el paladín". Fuentes eclesiásticas consignaron que Benedicto y su antecesor tuvieron un final similar. Ambos se habrían despedido del mundo terrenal con la misma frase: "
asgh dlg gdlup... agg". La conmocionante noticia produjo dos hechos históricos. Por un lado, una monumental cobertura mediática sobre los funerales y el cónclave de elección del nuevo Papa. Por otro, graves disturbios callejeros que sucedieron en diferentes partes del mundo. Por error, hordas de fanáticos de Star Wars salieron a festejar desbordados por las calles, al confundir la foto del fallecido con la del
emperador Palpatine, el mayor villano de las películas de George Lucas.
Los restos de Ratzinger fueron velados en el Vaticano ante miles de fieles. Sin embargo, los miembros del clero allí presentes fueron pocos. La razón fue clara para los analistas. La férrea lucha de Benedicto para impedir el
ingreso de homosexuales a la curia fue tan eficaz que, para el día de su muerte, apenas quedaban unas decenas de sacerdotes en el mundo.
Participaron de la muerte del Papa, las
juventudes nacionalsocialistas alemanas, miembros de la Organización por un África Sin Sida, Rica y preferiblemente Blanca y el Ku Kux Clan Reloaded, con sede en Texas, Estados Unidos. También lo hizo el Opus Dei, pero sin el ex juez de la Corte Suprema Antonio Boggiano, quien consideró que Ratzinger también lo
traicionó.